Cuando hablamos de acompañamiento emocional nos referimos a la capacidad de estar presentes y disponibles ante el mundo emocional propio y de los demás. Resulta importante es poder permitir, aunque sea difícil, que los niños y niñas vivan tanto emociones buenas como malas. Es fundamental que los acompañemos en el proceso, de la forma más respetuosa posible. Todas las emociones son necesarias y parte de la vida tanto infantil como adulta. Por lo cual, apuntalar a los niños y niñas en el desarrollo saludable de sus emociones los ayudara a lograr modos de afrontamiento para toda su vida. ¿Cómo podemos acompañar emocionalmente a niñas y niños? *Es importante que miremos a los ojos: muchas veces miramos a los niños desde “arriba” y eso no favorece nada en la comunicación y relación con nosotros y los demás. • Debemos aceptar las emociones básicas, cómo emociones que forman parte de nuestras vidas. • Utilizar un tono de voz relajado, que transmita calma. • Evitar los juicios de valor hacia las emociones de los niños. Lo importante es no condicionar sus emociones cuando los acompañamos. Así también evitamos una dependencia del niño/a hacia la continua aprobación del adulto. • Respetar sus momentos y espacios personales. Es importante dar espacio y reconocer sus sentimientos sin negarlos ni minimizarlos. • Escuchar con atención plena. Muchas veces estamos más pendientes de buscar una respuesta a los que nos están explicando, que de escuchar lo que realmente nos quieren decir. • Respetar el ritmo de cada niño. Cada niño es diferente y es importante respetar su individualidad y ritmo propio, sin forzarlo. • Hemos de potenciar que las cosas las hagan por ellos mismos. Si lo hacen porque otros lo esperan de ellos, no llegaran a conectar con lo que están viviendo y por lo tanto no conectaran con el logro conseguido, de la misma manera.
Lic. Tamara Ávila
Psicóloga
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