
La mayoría de nosotros no experimentamos ningún problema combinando todos nuestros sentidos. Para los niños y adultos con autismo, sin embargo, es una tarea difícil.
El procesamiento de los estímulos de los sentidos de la vista, olfato, oído, tacto, gusto, equilibrio y el cuerpo es abrumador. Los que viven con autismo, a menudo deben retirarse para evitar la sobre-estimulación, o tratar de equilibrar los sentidos con los mecanismos de desarrollo propio y comportamientos repetitivos.
Una parte importante de la terapia ocupacional para el autismo se centra en la integración sensorial a través de programas especialmente diseñados. Las personas con diferentes trastornos del espectro autista como el autismo, PDD, TDAH, disfunción propioceptiva de Asperger y la defensa táctil se beneficiarán del uso de esta terapia y de los cambios generados como parte de la misma.
Los beneficios de los columpios y de la hamaca pueden ser dobles. Los niños que encuentran el suave movimiento de la hamaca y de los columpios podrán relajarse y descansar mientras los usan. Sin embargo, los niños que tienen una disfunción vestibular se sentirán incómodos, mientras que en la hamaca en un principio podrían protestar por su uso. Para ellos, la hamaca es la manera de recuperar el equilibrio y aprender a tolerar los estímulos vestibulares.
El movimiento de balanceo restablece el equilibrio al sistema vestibular, proporciona información propioceptiva (presión profunda) y en general ayuda a los pacientes dentro del espectro autista, y los niños se sienten más “en equilibrio”.
El movimiento suave y el balanceo relajan y aumenta la concentración. Los niños que tienen problemas para concentrarse en tareas como la lectura o matemáticas, les resulta más fácil concentrarse en una silla hamaca y su organismo está comprometido en un movimiento suave.
La creación de un columpio en la casa es fácil y no requiere una gran inversión.
Una hamaca, silla de la hamaca, una bolsa colgante o un swing de la terapia de la plataforma son relativamente baratos, fáciles de encontrar y no ocupan mucho espacio. Podemos poner uno en la habitación del niño, sala de juegos o sala de estar para un retiro o una esquina
¿A quién no le gustaba cuando era niño subirse a un columpio? ¿Quién de ustedes no recuerda la emoción de mecerse sin presión y sintiendo la hermosa sensación de libertad?
Esta puede ser la oportunidad para compartir con nuestros niños, de divertirnos en familia, de aprovechar el tiempo ahora que estamos de vacaciones y además no necesitamos invertir mucho dinero para hacerlo.
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